Cuando me despierto me doy cuenta de que este sueño no me ha traído ninguna respuesta sobre las preguntas que me hizo el día antes mi ayudante Lorenzo mientras estábamos trabajando en la cocina. – COCINERO JOAN ¿TU CREES QUE SERÉ UN GRAN PROFESIONAL DE LA COCINA? Esta fue una de las preguntas que me hizo en un momento del descanso de nuestro ajetreado trabajo. Yo le contesté que hacía pocos días que trabajaba conmigo y por tanto no podía hacerle una valoración muy completa sobre su persona pero que en un principio no tenía queja de el viendo como cosa positiva que era responsable en el trabajo y eso era sumamente importante para toda persona que quiera prosperar.
Como son las siete, es el momento de hacer mi gimnasia mañanera y de estirar las piernas y como el restaurante está ubicado en plena naturaleza me encuentro ya enfundado en mis pantalones cortos de color azul. Al cabo de unos diez minutos aparece Rosanna la recepcionista, está situada en la parte baja del camino. Una de sus piernas muy avanzada en sus pasos queda bellamente dibujada por la tela suave que la cubre.
-HOY SERÁ UN DIA MUY CALUROSO ROSANNA- Le digo mientras ella me da la mano para que le ayude a subir hasta el tosco camino que piso con mis recientes estrenadas bambas. De un salto, ya se encuentra justo a mi lado y con su acostumbrada sonrisa me dice. –EL OTRO DIA TE VI EN LA COCINA COMPLETAMENTE EMPAPADO DE SUDOR, TU CHAQUETILLA ESTABA CASI PEGADA Y ME DOLIÓ VERTE ASÍ- Le contesté entonces- SI, ES DIFERENTE A LA ZONA DE RECEPCIÓN DONDE TU TRABAJAS, PERO EN UNA COCINA MEJOR QUE EL AIRE ACONDICIONADO NO ESTÉ EN TODO EL RECIENTO Y MENOS CERCA DE LAS GRANDES PLANCHAS YA QUE LAS ENFRÍA A PASOS AGIGANTADOS Y DESPUÉS NO RINDEN LO SUFICIENTE-
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