ME PARECE ESTUPENDO ESTE ARTICULO QUE HE ENCONTRADO SOBRE EL MATE.QUE OPINAIS?EL MATE: CUALIDADES Y SECRETOSIntroducciónSegún los entendidos, el vocablo MATE en voz castellanizada proviene del quechua MATI y significa vaso o recipiente para beber.La palabra mate, entonces, designa al recipiente en que se sirve la infusión, pero de igual modo a la infusión en sí. Por eso decimos: “Se rompió el mate, tendré que comprar otro”. O, cuando de tomarlo se trata: “¡Qué sabroso está el mate!”Cuando ofrecemos “un mate” no estamos pretendiendo obsequiar el recipiente, sino convidar la infusión cebada con la intención de agasajar a alguien.Pasos previosSe pueden utilizar cualquiera de los recipientes imaginables para cebar mate. En el mercado local existe una variedad increíble de mates, desde los típicos de calabaza, madera o metal, hasta los de pezuña, hueso, acero inoxidable, plata y oro, etc.La elección del recipiente dependerá, entonces, del gusto del cebador.Al decir de un prestigioso estudioso del tema, las mateadas más gustosas son las que se hacen usando de recipiente una calabaza seca, pues ésta tiene la cualidad natural de adquirir el sabor propio de la yerba.Al mate de calabaza se lo cura llenándolo con yerba nueva y agua a unos ochenta grados. Se lo deja en reposo unas ocho horas y se renueva la operación, no olvidando raspar muy bien el fondo para extraer los restos de materia orgánica.La bombilla también necesita un proceso previo antes de ser usada: se la debe hervir durante diez minutos en agua con tres cucharaditas de bicarbonato de sodio.Preparación1. Ahora que los instrumentos ya están listos, es posible preparar el mate. Al recipiente se le debe poner yerba hasta sus dos terceras partes de capacidad. Es importante que ésta sea de buena calidad y que sus componentes –palo, polvo y hojas– estén en cantidades equilibradas.2. Luego hay que dar vuelta el mate y sacudirlo con fuerza, para que el polvo excedente quede en la mano y la yerba se acomode sobre uno de los costados.3. En el espacio que queda vacío hay que verter un poco de agua fría o tibia y dejar que se absorba: esto permitirá que el mate conserve durante más tiempo su gusto y sea suave (y que la yerba no se “queme”).4. Cuando se introduce la bombilla hay que taparle el pico hasta acomodarla.5. Ya entonces se puede agregar el agua –de pava o termo–, que debe estar a unos setenta u ochenta grados. Se debe tener precaución de no mojar toda la yerba, para que la parte seca sirva de repuesto cuando el mate se vaya lavando.6. Por último, un consejo muy útil: no dejen pasar mucho tiempo entre una cebada y la otra.ComentarioEl mate, como hemos leído hasta aquí, es más que un recipiente o una infusión. Es un ícono de nuestra cultura nacional.No existe lugar en Argentina donde el mate no sea apreciado como una parte entrañable de la propia vida.Es compañero de trabajo o estudio, excusa para reunirse los amigos, amable principio de noviazgos, estimulante natural, diurético, laxante, digestivo, alimento leal en momentos de escasez, inicio y remate de cada jornada... ¡un verdadero ritual...!Por eso, porque hay mucho para hablar del mate y no nos alcanzaría el blog completo, nos ha parecido apropiado abrochar esta publicación con algo muy lindo que le escuchamos decir por radio un día a Lalo Mir y que les ofrecemos a continuación.Tomás Matienzo ;-)--------------------------------------------------------------------------------EL MATEEl mate no es una bebida. Bueno..., ¡sí...!: es un liquido y lo ingerimos por la boca. Pero no es una bebida...En este pais nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse la cabeza cuando se está pensando.El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien y te hace pensar cuando estás solo.Cuando alguien llega a tu casa la primera frase es “Hola” y la segunda “¿Tomamos unos matecitos?”Esto ocurre en todas las casas. En las de los ricos y en las de los pobres.Entre mujeres charlatanas y chismosas, y también entre hombres serios o inmaduros.Entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan.Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni poner mala cara.Peronistas y radicales ceban y toman mate sin preguntar.En verano y en invierno.Es lo único en que nos parecemos las víctimas y los verdugos; los buenos y los malos.Cuando tenés un hijo le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar. Y se sienten grandes.Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo.Despues ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.Cuando conocés a alguien por primera vez, le convidás unos mates.La gente pregunta, cuando no hay confianza: “¿Dulce o amargo?”. El otro responde: “Como tomes vos”.Los teclados de Argentina están todos manchados de yerba.La yerba es lo único que hay siempre en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas.Y si un día te quedaste sin yerba, un vecino tiene y te da, porque eso no se le niega a nadie.Este es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres. Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez, solos, unos mates.No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto es que ha descubierto que tiene alma. O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo... ¡pero no es un día cualquiera!Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solos. Pero debe haber sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones.Matear es nada más y nada menos que un intercambio de valores...Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena. La charla, no el mate.Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar. Vos hablás mientras el otro toma y viceversa.Es la sinceridad para decir: “¡Basta, cambiá la yerba!”Es el compañerismo hecho momento.Es la sensibilidad al agua hirviendo.Es el cariño para preguntar, estúpidamente: “¿Está caliente, no?”Es la modestia de quien ceba el mejor mate.Es la generosidad de dar hasta el final.Es la hospitalidad de la invitación.Es la justicia de uno por uno.Es la obligacion de decir “¡Gracias!”, al menos una vez al día.Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.Ahora vos sabés: un mate no es sólo un mate...
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