¡Lo que faltaba para el duro! Cantame una canción y yo te elaboro un buen vino. O, mejor, instrumenta con un violÃn una pieza musical, y convierto las uvas en mágicas, en uvas para obtener los mejores vinos. Esto es lo que podrÃa decir, en el supuesto, una plantación de viña si hablara. ¡Qué barbaridad! Seamos serios o por el contrario rompamos la baraja. No hay nadie que aguante estas barbaridades. Pero quién en sus cabales se puede creer o aceptar como algo factible cientÃficamente de que un violinista toca en un viñedo de Alemania para conseguir mejores vinos.
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Yo creo que nadie, ni el más iluso de los mortales le puede dar un mÃnimo crédito a esta payasada que se ha dado a conocer en Wurzburgo, procedente del viñedo más antiguo de Alemania que data, presumiblemente, del siglo VI. El presidente de la bodega, Michael Jansen, ha contratado a un famoso violinista, Florian Meierott, para que recorra con su instrumento de cuerda las venerables vides de su finca alemana situadas sobre la ladera de una montaña, interpretando piezas de compositores universales de todos los tiempos como Mozart, Bach, Beethoven o Elgar.
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Para justificar su disparate viticultor, el violinista en la viña dijo que: "mucha gente habla con sus plantas para que crezcan mejor. Yo les toco música". Meierott, después de una gira por Japón dice haber recibido pedidos para sus insólitos "vinos blancos con nota musical".
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El músico está convencido que un "concierto para violÃn en la mayor de Mozart o alguna partitura de Bach, tienen un efecto positivo sobre el vino". De las justificaciones de Meierott no creo que haya ningún técnico en viticultura y enologÃa en el mundo que le dé el más mÃnimo respaldo a sus conciertos entre viñas para que se "esmeren" en producir uvas más nobles y de más calidad.
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En el pabellón de lo insostenible se encuentra Jürgen Fröhlich, microbiólogo e investigador en enologÃa de la Universidad de Maguncia (situada en el oeste de Alemania), que asegura que es difÃcil probar esto cientÃficamente. La idea, afirma, es muy esotérica, pero vale la pena experimentarla y catarla. Apostilla: "es más bien una cuestión mÃstica". Michael Jansen, de la empresa vinatera de Wurzburgo, filosofó diciendo:"sà la música clásica es buena para los seres humanos, también puede ser lo seguramente para las plantas" (¿).
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Después de esta acción original y de poco fundado valor en marketing, el vinatero alemán lanzó al mercado las primeras 10.000 botellas de esta edición especial de la variedad sylvaner con la imagen del violinista Meierott en la etiqueta.
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¡Vamos a ver cuántos pican en el anzuelo vinatero! Yo creo, que sà este invento se ofrece a mercados serios en la temática de la viticultura no venderán ni una escoba, como se dice vulgarmente. Ni los más folcloristas, esnobistas y extravagantes, pienso, creen en estos "inventos con gaseosa".
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Enric Ribera Gabandé
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Comentarios
Música a las plantas,   "vinos blancos con nota musical" qué bueno !