Un poquito mas de cantidad por favor. Solo un poquito.

 Tengo los pies en alto  sobre la almohada, ya que estoy un poco cansado del ajetreo del servicio del medio día. Hemos servido a más de doscientos comensales entre carta y menú y como falta personal en la cocina ha sido un verdadero desgaste tanto psicológico como físico. Aquí estoy, compartiendo habitación con el cocinero Raul donde hoy, vamos con dos amigas a cenar a un restaurante de cierta categoría donde tiene fama por sus cenas románticas. Hace ya media hora que me he duchado y Raul no hace más de diez minutos, por eso, veo que se dirige hacia el gran armario que compartimos. El hotel restaurante donde trabajamos nos ha habilitado esta habitación y menos mal que solo dormimos dos personas, ya que a lo largo de mi vida profesional he trabajado en hoteles donde pernoctábamos siete u ocho, entonces, imaginaros el olor a sudor, a pies y la parte acústica de ronquidos varios.

Mi compañero de fatigas abre la puerta corredera del armario  y veo que está dudando entre dos o tres camisas. Al final, se ha decidido por unos pantalones grises y camisa azul. Solo le falta la americana y la corbata para parecer  un autentico hombre de negocios complementado por la   brillantez de sus zapatos negros los cuales  terminan de dar el broche de oro a su vestimenta. Es muy clásico en el vestir, y yo más informal, pero claro, como se trata de una cena en un restaurante elegante, también tendré que cuidar mi vestimenta al igual que cuando se hace un plato para un restaurante de alta categoría que en este caso, según marcan los cánones la presentación tiene que ser super esmerada y la cantidad mucho menor que un restaurante rápido de carretera donde acuden obreros que gastan muchas calorías y requieren platos más llenos sin importarles tanto una presentación Daliniana y si, algo más completos en ración. Bueno, eso es lo que siempre me decía un chef con el que trabajé casi dos años y casi le doy la razón.

 

Y hoy......

                                                              

CREMOSO HELADO

Pondremos al fuego  1/2 litro de leche. Cuando haya hervido, apagaremos el fuego y añadiremos 1/2 sobre de gelatina neutra, ¡ojo! solo medio sobre junto con 2 cucharadas muy llenas de Nescafé. 1 cucharada de cacao y 4 yemas de huevo. Batiremos bien a mano con un batidor de varillas durante diez minutos.  Lo colaremos fino, añadiremos  20 cucharadas de nata ya montada y seguiremos uniéndolo todo lentamente haciendo movimientos circulares pero ya sin batir. Iremos añadiendo azúcar hasta que esté bastante dulce. Más dulce que lo normal ya que al congelarse siempre pierde algo de dulzor. Lo pondremos en un molde al congelador y cada veinte minutos lo iremos removiéndolo lentamente. Lo haremos tres o cuatro veces y después ya lo dejaremos hasta que se congele.

 

 

ESCAPARATE.jpg

¡Tienes que ser miembro de 🔥 TvCocina ★ Videos de Cocina Top + Recetas Gourmet y Cocineros para agregar comentarios!

Join 🔥 TvCocina ★ Videos de Cocina Top + Recetas Gourmet y Cocineros

Votos 0
Enviarme un correo electrónico cuando me contesten –