Estos son los componentes de esta cocina, Pedro, Luis, Antón Felix, y yo, como chef con nuestros respectivos ayudantes empezándo por el mio Ricardo, Francisco, Mª José, Esteban, la Sra. Filo, encargada del cuarto frio, Tomás y Fernándo, uno como lavacazuelas y el otro encargado de los platos. Me parece que no me dejo ninguno. ¡Ah! me olvido de Lolita la encargada de los postres. Todos formámos un buen equipo, no hay envidias ni rencores he intentamos ayudarnos los unos con los otros, como debe de ser en una cocina, ya que si no hay compañerismo mal vamos. De los muchos restaurantes que llevo prestándo mis servicios como cocinero, en ninguno me he encontrado con tanta unión como este, así se trabaja mucho mejor, y ello claro, repercute muy positivamente de cara al cliente. La propietaria Sra. Ramona hacia pocas semanas que su marido la habia abandonado por una camarera veinticinco años mas joven. Es un hombre alto, corpulento, pelo canoso y con los dientes blancos como la nieve y muy bien alineados, tienen dos hijos en común que estudian en la universidad, uno me parece que cursa la carrera de ingeniero y el otro de arquitecto. El padre tiene varios negocios, su esposa se ha quedado con el restaurante y el sigue con sus asuntos. Siempre se peleaban, incluso delante de nosotros y claro, las cosas a veces llegan a un límite que es mejor que cada uno siga por su camino.
Verdaderamente, la que ha llevado siempre el timón del gran restaurante, es ella y por esto no notamos ningun cambio que pueda perjudicar el buen funcionamiento del mismo, eso si, muchos dias como el de hoy se nota que lleva muy mal el hecho de que su marido la abandonara.
Aparece cabizbaja por la puerta de la cocina con una expresión mas bien triste. Solo falta que en la frente lleve escrito con un rotulador. MI MARIDO ME HA DEJADO EL MUY......
La dueña, hace un programa de cocina en una importante emisora de radio ya que es una gran entendida en la materia y más de una vez, se ha puesto el delantal para ayudarnos cuando el comedor se ha llenado a mas no poder y por mas manos que hubiesen a la hora de pasar los platos, se notaba muchísimo cuando ella nos ayudaba. Un restaurante es así, un dia el trabajo es llevadero y otro se desborda.
Y hoy......
COPA DE CREMA DE PIÑA
Trituraremos 1 lata de piña en almíbar bien escurrida y la mezclaremos a 8 yemas de huevo junto con ½ litro de leche y 1 cucharadita de Maizena. Batiremos bien sobre el fuego y probaremos de azúcar. En su primera ebullición, cerraremos el fuego y añadiremos un poco de zumo de la piña si vemos que está muy espesa. Se cuela, se tritura y se sirve fria en copas.
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