ESCUELA DE COCINA Y POSTRES  JOAN VILLARÓ
           =V I V E N C I A S  G A S T R O N Ó M I C A S=
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Rápidamente, una pequeña parte del suelo se cubrió ligeramente por aquella grasa con olor a patatas fritas. Esteban, habÃa derramado aceite de la freidora y el chef le recriminó el hecho. ESTEBAN, YA SABES QUE SI EL ACEITE HACE MUCHA ESPUMA ES HORA DE CAMBIARLO Y POR ESO SE TE HA DERRAMADO- Su voz estridente me parece que fue oÃda por la gente que paseaba relajadamente por el exterior del jardÃn muy bien cuidado por las expertas manos de un profesional. Yo como era el primer dia de pisar una cocina pensé. Pobre chico.
EL corpulento chef, se dirigió entonces hacia mÃ, preguntándome si yo era el Joan de Campdevánol, al que le contesté afirmativamente con la cabeza, medio asustado, sin muchos ánimos y ausente de toda sonrisa.
-SOY EL SEÑOR , CHEF DE COCINA DEL RESTAURANTE DE ESTE GRAN HOTEL- Me dijo acompañando a sus palabras un continuo tic nervioso que le hacia guiñar el ojo izquierdo con una destacada berruga por debajo del párpado semi cubierto por el almidonado gorro de cocina que casi rozaba la gran campana extractora que rodeaba la cocina central. Â
Su mano, la estrujo fuertemente con la mÃa. Supongo que lo hizo sin querer, de forma natural, a juzgar por su aspecto casi de luchador prefesional . Después, me presento uno a uno, a todo el personal de la cocina. ¡Qué recinto más grande! . EstanterÃas cargadas con grandes ollas y marmitas, completadas por una grandÃsima cocina central de carbón la cual desprendÃa un calor insoportable con planchas casi al rojo vivo. –CUALQUIERA PONE EL TRASERO ENCIMA DE ELLAS- Pensé.
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