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Platos de caza mayor, setas, y su maridaje con vinos búlgaros

Bulgaria es un país famoso por su yogur, sus rosas, sus vinos, y también por sus esplendidos trofeos de caza.Es un destino muy deseado por los cazadores españoles. Cada año más de 3.000 cazadores de toda Europa visitan Bulgaria.Gran parte del territorio es boscoso, la superficie de las reservas de caza es de 600.000 ha.Bulgaria y la caza:Trofeos y medallas de caza mayor: 2850 de oro, 1635 de plata, 1087 de bronce.4 récords mundiales de venado real.Reservas: 16.000 ciervos reales, 4.500 gamos, 75.000 corzos, 50.000 jabalíes (longitud de los colmillos 30+ cm.), 2.200 muflones, 1.800 rebecos, 2.700 urogallos, 900 osos pardos, faisanes, perdices, griegas, codornices, gansos, becadas, etc.La mayoría de los vinos tintos búlgaros maridan a la perfección con platos de caza mayor y setas.Gran parte de las gírgolas que se consumen en España (ante todo en Catalunya) provienen de los bosques de Bulgaria.Estamos en invierno, temporada de platos de caza mayor, de setas, y de vinos con mucho cuerpo, potentes y estructurados para combatir el frío.Les recomendamos algunos de los vinos búlgaros (ya en venta en nuestro país, www.vinosdebulgaria.com), cuales a nuestra opinión mejor maridan con estos manjares.Bodega Todoroff: Gallery Mavrud 2006, Emotion 2006,Bodega Pamidovo: Unique Mavrud 2005, Antique Tracia Mavrud 2003,Bodega Logodaj: Greo 2006, Soetto 2006 , Hypnose Merlot Reserve 2006,Bodega Trakia Estate: Grand Granit 2003,Bodega Terra Tangra: Cabernet Sauvignon 2006, Merlot 2006, Gran Reserva 2006Bodega Pulden: Salta Terra Mavrud 2006, Salta Terra Merlot 2006, Salta Terra Cabernet Sauvignon 2005 Premium OakCualquiera de estos vinos sería un estupendo regalo-sorpresa para sus amigos-cazadores o simplemente amantes de los platos de caza.Les dejamos algunas bellas imagenes de los bosques búlgaros.

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TARATOR - la sopa fría búlgara por excelencia!

No hay nada más refrescante para el verano. Pruebenla, se prepara en un par de minutos - le sorprenderá cómo algo tan sencillo puede ser tan rico!La comparan a menudo con el gaspacho andaluz - como si la hubiesen comparado con la crema catalana - pues a la "tarator" no se le asemeja ningúna sopa de la cocina española, por lo que nosotros sepamos.Ingredientes:Yogur - el yogur búlgaro es único, si ha tenido la suerte de probarlo, ya lo saben. Por desgracia es difícil encontrarlo aqui en España. (intentenlo en alguna tienda de comida búlgara, en la calle Diputació de Barcelona se halla una pequeña panadería de hojaldres búlgaros dónde muy a menudo traen yogur original búlgaro; son botes de 1 litro y valen unos 3-4 euros, aprox.). Usaremos el yogur natural de Danone (NO recomendamos el yogur griego, es demasiado cremoso y dulzon).Pepino - intenten conseguir un pepino de la huerta y no del supermercado (éstos últimos suelen ser productos quimicos y nada natural - piel y semillas amargosas, textura de plástico, sabor de pepino - cero).Eneldo - mejor encontrarlo fresco y no congelado.Dientes de ajoNuecesAgua mineral sin gas (el agua del grifo suele tener olores ajenos a la "tarator" búlgara).Empezamos.1 - Pelamos bien el pepino y lo rallamos. (se puede cortar en pequeños cubitos también, rallarlo es más rápido y queda bonito en la sopa).2 - Cortamos muy finito el diente de ajo y picamos el eneldo (pongan ajo a gusto, si el 1er intento no le sale éxitoso hagan un 2º ajustando la dosis de los ingredientes a su gusto). Trocear las nueces a mano a pedacitos ni muy pequeños ni muy grandes.3 - Diluir el yogur en agua mineral. Hemos de conseguir una textura ni muy espesa ni muy liquida (aconsejamos ir añadiendo agua poquito a poco). Necesitarán bastante yogur. Fijense en la foto adjunta, és cómo debería quedar su "tarator".4 - Una vez lograda la textura de la "tarator" introducimos el pepino rallado. Estamos preparando una sopa - las rallas del pepino son los "fideos" de nuestra sopa de verano. Añadimos un poco de aceite de girasol. El aceite de oliva le da un toque amargo a la sopa, cosa que intentamos evitar a toda costa. Sin embargo prueben con aceite de oliva si ya están acostumbrados a éste y no soportan el de girasol. La receta original va con aceite de girasol.5 - Finalmente añadimos los dientes de ajo, el eneldo, y las nueces - todo previamente troceado.Introducimos la "tarator" en la nevera - es una sopa que se sirve fría. Mejor enfiarla en la nevera y no ponerle cubitos de hielo.Cogen las cucharas y disfruten de este gran descubrimiento - la sopa fría búlgara por excelencia - la "tarator".
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El yogur búlgaro - Bulgarian yoghurt

Bulgaria está considerada como la Patria del Yogur. Existen estudios científicos que acreditan que hace 4000 años, los Tracios (los antiguos Búlgaros) estaban ya familiarizados con el yogur. Desde Tracia, el producto se introdujo en Turquía, y luego en Asia Menor y en la totalidad de la Península Balcánica. El Premio Nobel, reconocido científico ruso y fundador de la ciencia de la inmunología, Ilia Mechnikov, describe al yogur Búlgaro como un excelente agente antienvejecimiento. La bacteria que contiene éste, ataca, bloquea y neutraliza las toxinas, depurando el organismo. La bacteria causante de la fermentación láctea fué descubierta en 1903 por el doctor Búlgaro Stamen Grigoroff, quien publicó y presentó su trabajo científico dedicado al yogur Búlgaro ante el Instituto Pasteur de Paris, Francia. En su honor, la nueva bacteria descubierta fué llamada inicialmente “Bacterium Bulgaricum Grigoroff”, aunque después pasó a denominarse “Lactobabilus Bulgaricus”. La bacteria, como afirmaba el científico, bloquea la proliferación de bacterias patógenas, con lo que retrasa el proceso de envejecimiento del organismo humano. Lo más sorprendente es que la “Lactobabilus Bulgaricus”, desarrolla las citadas cualidades y características sólo en el territorio de Bulgaria. Trasladada a otras latitudes, la bacteria se transforma y, aunque el yogur obtenido con esa misma bacteria tiene un sabor similar al del yogur Búlgaro original, sus propiedades no son las mismas perdiendo incluso su capacidad para retrasar el proceso de envejecimiento. Por consiguiente, se hace necesaria la adquisición del agente fermentador Búlgaro original. Hay 21 países de todo el mundo que compran este agente a Bulgaria. El principal consumidor de yogur Búlgaro (exceptuando por supuesto a la propia Bulgaria), es Japón. En 1972, la corporación Japonesa “Meidji Group” compró la licencia para producir yogur Búlgaro. En 2002 esa licencia se ha renovado por 20 años más. Los Japoneses consideran al yogur Búlgaro como uno de los tesoros más grandes de Bulgaria, y consumen anualmente 200.000 toneladas de este producto, realizando la fermentación con el agente original comprado en Bulgaria. “Kuup Schweiz” consiguió en 1997 la exclusividad para el mercado Suizo. Otros países a los que se exporta el agente fermentador original, son Francia, Alemania, Corea del Sur, etc. El descubridor de la bacteria, el doctor Stamen Grigoroff, trabajó en distintos países Europeos antes de regresar a Bulgaria, donde comenzó a trabajar en la investigación del cólera. Combatió las enfermedades de sus pacientes, haciéndoles comer rebanadas de pan enmohecido cubiertas con el hongo de la penicilina. Sin embargo, no fué él quién descubrió la penicilina; lo hizo el Británico Alexander Flaming no mucho después. Luego, el doctor Grigoroff trabajó en un hospital de Milán en Italia. Finalmente, falleció en Bulgaria en 1945.___________________________________________Bulgaria is considered to be the Motherland of the Yoghurt. Scientific studies affirm that 4.000 years ago the Thracians (Bulgarians ancestors) were acknowledged with the yoghurt. From Thracia, the product was introduced in Turkey, then in Minor Asia, and the whole Balkan Peninsula in general. The Nobel Prize winner, the re-known Russian scientist and founder of the immunology science, Ilia Mechnikov, describes the Bulgarian yoghurt as a magnificent anti-ageing agent. The bacteria that contains the Bulgarian yoghurt - attacks, blocks, and neutralizes the toxins, depurating the organism. The bacteria that causes the fermentation of the milk was discovered in 1903 by the Bulgarian Dr. Stamen Grigoroff, who published and presented his scientific work dedicated to the Bulgarian yoghurt, in front of "Pasteur Institute" of Paris, France. In honour of its discovery the bacteria was called initially "Bacterium Bulgaricum Grigoroff", but later it became reknown as "Lactobabilus Bulgaricus". The bacteria, as the scientist affirmed, blocks the proliferation of the pathogenic bacterias, thus it postpones and delays the ageing process of the human organism. It is most amazing though that the "Lactobabilus Bulgaricus" presents the above mentioned features and characteristics only on the territory of Bulgaria. If moved to other latitudes, it mutates, and although the obtained yoghurt by this same bacteria has a taste very similar to that of the original Bulgarian yoghurt, its qualities do not remain the same and it loses it´s postponing effect on the ageing process. Hence, it is necessary to purchase the original Bulgarian fermentation agent. There are over 21 countries worldwide that buy that original agent from Bulgaria. The major consumer of Bulgarian yoghurt is Japan (excluding Bulgaria itself, naturally). In 1972 the Japanese corporation "Meidji Group" had bought the license to produce Bulgarian yoghurt. In 2002 it´s been renewed for 20 more years. The Japanese consider the Bulgarian yoghurt as one of the biggest treasures of Bulgaria, and consume 200.000 Tons of this product, annually, curdling the original fermentation agent bought in Bulgaria. "Kuup Schweiz" got an exclusivity for the Swiss market in 1997. Other countries that purchase the original Bulgarian yoghurt agent are France, Germany, South Korea, etc. The founder of the bacteria, Dr. Stamen Grigoroff, worked in several European countries before he returned to Bulgaria and started working on cholera investigation. He fought against the illness of his patients by making them eating moulded bread covered by the fungus of the penicillin. He didn´t get though to the discovery of the penicillin; it was the British Alexander Flaming not long after Dr. Grigoroff, who discovered it. Later Dr. Grigoroff worked in a hospital in Milan, Italy. Finally, he died in Bulgaria, in 1945.
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